Domótica, ecología, materiales naturales predominarán en las casas del futuro -en las viviendas modulares, en los edificios móviles, en las caravanas, en las autocaravanas…- para hacernos el día a día más fácil. Y es que en los últimos años han supuesto un revulsivo en el sector de la construcción en España y, no únicamente en lo que al ‘boom’ inmobiliario y posterior caída del sector se refiere.
Los cambios en las estructuras de las familias, las nuevas necesidades de los residentes de una vivienda, el desarrollo tecnológico y la apuesta por los inmuebles medioambientalmente sostenibles, están calando en la forma de concebir las casas del mañana. Lo que tiene mucho que ver la apertura de miras que ven en las casas modulares, por ejemplo, una nueva forma de habitat, una nueva forma de vida.
En la actualidad existen numerosos ejemplos claros de esta tendencia que, tanto promotores como constructores y arquitectos, han tenido en cuenta en la planificación de las viviendas. La incorporación de energías renovables -fundamentalmente la solar- es ya un hecho: cada vez son más las instalaciones eléctricas basadas en la rebaja del consumo y la domótica orientada al ahorro energético no suena a chino para aquellos que, desde hace aproximadamente un lustro, han buscado vivienda de nueva construcción para alquilar o comprar.
Elementos que en las viviendas móviles son fácilmente exportables y ya se hace gracias al abaratamiento de materiales. Técnicas como ésta evolucionan a pasos agigantados y, aunque dependen siempre de un desembolso económico a tener en cuenta, el ahorro que supone a largo plazo lleva a muchos a decantarse por la incorporación de ésta y otras nuevas tecnologías en su hogar.
Las líneas de trabajo para proyectar las viviendas del mañana están marcadas e incluyen aspectos que van más allá de los archiconocidos objetivos que tienen que ver con integrar las estructuras en el paisaje para que dañen el entorno lo menos posible o reducir el consumo y con ello, la contaminación.
La salud es un aspecto clave para el bienestar de todos y la arquitectura no permanece ajena a esta tendencia: alfombras dotadas con sistemas de alarma que detectan caídas es un ejemplo de una realidad, quizá más desconocida para el común de los mortales que la posibilidad de cerrar ventanas por control remoto, pero probablemente más práctica.
Un elemento como el anterior suena lejano en el tiempo y, quizá un poco a chino, pero no es así. Precisamente en Tokio ya existen ejemplos palpables de esta realidad. Tiene que ver con el diseño de una vivienda cien por cien online.
En ella, además de interactuar, se pueden encontrar elementos tan curiosos como espejos que, sobre el propio reflejo, realizan simulaciones de maquillaje o cambian los colores de la ropa que se lleve puesta para poder elegir la mejor combinación posible.
Todo esto, unido a los nuevos tipos de viviendas modulares respetuosas con el medioambiente hace que el futuro se presente muy esperanzador.
La importancia del emplazamiento
Al igual que ha ocurrido históricamente, actualmente se tiene muy en cuenta la ubicación de la vivienda a la hora de su construcción, de manera que cada material que se emplea y cada avance tecnológico que se proyecta, es realmente útil en el día a día de sus moradores; sin olvidar que tiene que dar resultados prácticos en función de su emplazamiento. Y así será la moda del futuro, siempre con base en la ubicación de la vivienda. Tendremos viviendas totalmente personalizadas.
Otra materia fundamental tendrá que ver con los materiales empleados para albañilería, encofrados y cerramientos. Los ladrillos, bloques americanos y derivados del cemento se sustituirán cada vez más por los materiales de construcción elaborados a partir de productos reciclados.
También serán tendencia los cubículos redistribuidles en función de la necesidad de cada residente y los containers habitables, una modalidad de vivienda que se está abriendo paso a paso. Así, el uso de materiales maleables, resistentes a las inclemencias meteorológicas y, por supuesto, reciclables, estarán a la orden del día en cualquier proyecto de construcción de vivienda en el futuro, por muy pequeña que sea, e incluso en cuestiones de reforma menor.
Lejos quedarán las estructuras levantadas con ladrillos, arena, arcilla y madera; extraídos a base de la explotación de los recursos naturales, la destrucción de los bosques o la reforestación indiscriminada de la sierra. Al igual que ya ocurriera con sectores como el carbón, los yacimientos canteros de los que se extrae grava o arena para las obras y que tanto dañan el paisaje están llamados a desaparecer.
Y es que la preocupación por el cuidado del medioambiente es otro de los valores en los que más se progresará y la tendencia pasa por fabricar cualquier elemento para el hogar que dé al usuario la mayor durabilidad posible, al tiempo que es eficiente, consume pocos recursos eléctricos y, por si fuera poco, con una vida útil creciente. Estos objetivos se desarrollan con la intención de que las viviendas reduzcan su gasto energético junto con los residuos que generan.
En este sentido, las baterías de los aparatos de mayor uso en la vivienda serán reciclables, una demanda histórica ya de los usuarios más concienciados con la naturaleza, que se está implantando cada vez con más rapidez y de la que los fabricantes han tomado buena nota.
Y como ya viene apuntando el desarrollo tecnológico en los últimos años, la domótica controlada desde los dispositivos móviles será la tecnología predominante en las viviendas del mañana. El control de la iluminación, la programación de electrodomésticos (algunos tan útiles y olvidadizos como la lavadora o la vitrocerámica) será posible a golpe de clic.
Las ferias internacionales de nuevas tecnologías presumen de los progresos en este sentido: en los congresos se da prioridad a la publicidad de todas las tareas que cualquier usuario de un Smartphone con conexión a Internet pueden programar.
Junto con ello, claro está con una inversión mayor que la de adquirir un aparato con conexión WI-FI, en estos encuentros de profesionales de la domótica se exhibe lo que será el máximo exponente del día a día en las casas del mañana: robots fabricados para limpiar, lavar los platos, planchar y mantener en perfecto estado de revista la vivienda.
En la actualidad, los artefactos más avanzados en este sentido son los que hacen las veces de aspiradora e incluso fregonas sin cables; junto con los especializados en las tareas de cocina, con la Thermomix como máximo exponente.
En varias décadas, estos habrán pasado a la Historia porque, como cada año demuestran los desarrolladores informáticos -los asiáticos lideran los avances en domótica aplicada al usuario final-, en cualquier gran superficie estará a la venta una herramienta multitarea diseñada para facilitarnos la vida a todos.