España se suma a la tendencia de los alojamientos glamping; cámpines tematizados, con servicios exclusivos y que apuestan por el ‘relax’ de sus huéspedes. Aquellos que aman la naturaleza, pero no quieren renunciar al lujo y a las comodidades de un hotel están de enhorabuena desde hace ya unos años. Y es que, el ‘glamping’ es una práctica turística que llegó al territorio nacional para quedarse y cada temporada registra más éxitos.
Esta práctica responde a las necesidades de la principal industria del país, el turismo. Los partidarios del ‘glamping’ respetan el concepto de acampada al aire libre, pero quieren que el alojamiento y los servicios extra sean de auténtico lujo. Para cubrir esta demanda creciente las tiendas de campaña dejan paso a tipis, ‘lodges’ e incluso cabañas en los árboles decoradas con buen gusto; equipados con camas ‘king size’ y un baño privado.
Así, no quedan excusas para disfrutar de unos días en plena naturaleza en mitad de los campos y bosques que conforman la fauna mediterránea, atlántica o de las islas.
Glamping en España
Aunque somos internacionalmente conocidos por el clásico turismo de sol y playa, la variedad de museos existentes en las grandes ciudades y la diversidad de monumentos históricos que se cuentan a lo largo y ancho del país; no hemos permanecidos ajenos a esta tendencia. He aquí algunos de los ejemplos de alojamientos glamping en España más destacados por agentes turísticos, expertos y, por supuesto, clientes:
Zeanuri, Bizkaia. ¿Quién no ha soñado alguna vez con vivir a varios metros del suelo? En Bizkaia se puede; no vivir, pero sí disfrutar unos días de este lujo gracias a las cabañas en árboles construidas muy cerca de los parques naturales de Gorbeia y Urkiola. Este idílico alojamiento aporta tranquilidad y la intimidad a los pocos minutos de llegar. Aunque en un primer momento las escaleras de acceso pudieran dar algo de vértigo, el esfuerzo siempre se ve recompensado. Imposible además, dejar de fotografiar el entorno.
Casa del Mundo, Tibi, Alicante. El municipio de levante casi pasaría desapercibido entre los destinos idóneos para los turistas de no ser por esta propuesta, en donde, dada su curiosa idiosincrasia, quien prueba tiene todos los visos de repetir. Y es que, como su nombre indica, el espacio ofrece alojamientos basados en temáticas de hogares de todo el planeta.
Gracias a esta oferta turística de lujo, resulta sencillo cambiar de cultura, e incluso continente, yendo de un alojamiento a otro. Carromatos, una casa indonesia, una tienda de estilo ‘safari-lodge’ africana o una jaima sahariana han sustituido aquí a las clásicas tiendas de campaña, que no dejan indiferente a nadie.
Sin salir de la comunidad valenciana, el viajero se topa con el Refugio Marnes, lugar donde quien decide quedarse se convierte en un beduino del desierto. La jaima, traída por encargo, es la única en mitad de una finca de 20 hectáreas: relajación total, aunque con servicios ‘luxury’. Y es que, ofrece servicios complementarios de ocio que van desde deportes acuáticos, hasta actividades de riesgo como parapenting o escalada.
Otro mundo, sin salir de Albacete. Se trata de un eco-camping ubicado en los alrededores de la Sierra de Segura, donde se pueden alquilar una de las dos casas blancas con una arquitectura de lo más original, con forma de cúpula. Además su interiorismo es muy exclusivo; de estilo ‘vintage’, con muebles de segunda mano.
Es la oportunidad perfecta para rodearse de naturaleza sin sufrir incomodidades, puesto que tienen baño en suite con ducha solar e inodoro de compostaje. El entorno es un paraíso para ciclistas, senderistas y observadores de aves. Para completar la experiencia, existen zonas turísticas interesantes como los municipios de Elche de la Sierra, Yeste, Riópar, Ayna o Molinicos.
Otro modo de pasar las vacaciones disfrutando de este nuevo concepto de cámpines es dormir en una caravana vintage: opción al alcance de quienes quieran conocer la localidad malagueña de Alozaina. Glamping Airstream ofrece la posibilidad de alquilar una maravilla de roulotte plateada de aire retro.
Está inspirada en los años 30, pero con interior contemporáneo al que no le falta de nada: cocina equipada, baño, dormitorio con cama de matrimonio, sala de estar con sofá y un equipo audiovisual que incluye pantalla plana, equipo de música y DVD. Aparcada además en una parcela donde no falta el mobiliario de jardín y una barbacoa; también hay una estupenda bañera de hidromasaje.
Dependiendo de la temporada, el precio se mueve entre los 105 y los 120 euros por noche y los 695 y los 800 euros por semana. La estancia mínima es de dos días y todos los huéspedes reciben una cesta picnic en el momento de la bienvenida.
Cloud House, también en Málaga, en este caso en Genalguacil. En plena serranía de Ronda, existe una granja en la que los visitantes pueden conocer y dormir en una de las dos yurtas disponibles; viviendas típicas de los pueblos nómadas de Mongolia. Cada una cuenta con grandes camas y muebles elaborados por artesanos locales.
También ofrece cocina al aire libre, hamacas, columpios, baño y pérgolas para dar sombra. Para completar este lujo, se puede disfrutar de gastronomía de alto ‘standing’ a cargo del chef de la granja. Fuera del recinto, a 20 minutos de paseo, el turista encuentra con unas espectaculares piscinas de río naturales donde poder darse un refrescante baño.
Casa de Laila, en Alhaurín el Grande. Seis tiendas de campaña de grandes dimensiones y ambientación marroquí es la estampa en la que pueden relajarse quienes deciden sumergirse en el ‘glamping’ en un hospedaje abierto al público en la comarca del Guadalhorce.
Para completar los lujos de este entorno de desconexión, cada carpa dispone de mesas en la que se sirve el desayuno que va incluido en el precio, que oscila entre 60 y 70 euros la noche, dependiendo de la época del año. También hay ofertas para clases de yoga y masajes para los clientes, la mayoría extranjeros.
En medio de la finca, entre palmeras y árboles frutales, uno encuentra una espectacular piscina donde se sirve el desayuno. Para momentos más relajados, íntimos o románticos, también hay un ‘penthouse’.
Las islas españolas no permanecen ajenas al ‘glamping’ y la volcánica Lanzarote es un claro ejemplo de la consolidación de esta tendencia, gracias a Lanzarote Retreats: un refugio idílico de corte ecológico sembrado de yurtas mongolas, casas de campo y villas de lujo al lado de la playa y con vistas a la montaña.
Una opción para el descanso de alto ‘standing’ no abandona el lado más ‘eco’: tiene como reclamos jardines y terrazas espaciosas e, incluso, un coche híbrido en alquiler. Los hospedajes ecológicos varían de precio en función de la capacidad y de los servicios adicionales. El más barato parte de un precio por semana de 490 euros, el más caro cuesta desde 1.855 euros semanales.
Desde luego con propuestas como las vistas anteriormente, que son sólo alguna de las numerosas que se pueden encontrar, descubrir y reservar por Internet, nadie podrá decir que los campings son una oferta de turismo incómoda o que únicamente están reservados a aquellos que manejan un presupuesto ‘low cost‘.